Reseña
Convicciones y creencias de vida de 20 artistas costarricenses se entretejen con sus procesos creativos a manera de rituales de transformación, sanación, expresión y conexión con el universo. La exhibición de artes visuales, El hilo vibrante, invita a conocer sus procesos y creaciones artísticos.
La exhibición reúne un conjunto de obras que revitalizan el nexo que existió entre el arte y el ritual desde el origen de la humanidad. Esto, de diversas formas: a veces de manera sutil, en el simbolismo y en los recursos expresivos de las obras; en otras ocasiones, por medio de sus referentes o por ser parte integral de procesos creativos ritualizados y; otras veces, por el tipo de experiencias que suscitan. El estudio de las obras a la luz de la temática de la ritualidad se incluye en una publicación impresa que acompañará la muestra.
Estas obras actúan como las hebras de un gran hilo vibrante que pretende activar nuestra capacidad de generar relaciones resonantes con el entorno, los otros y nosotros mismos. Desde la Plaza de la Cultura, pasando por el segundo subnivel del Museo y llegando hasta el tercero, El hilo vibrante, es un recorrido que invita a hacer una pausa, a empatizar con la historia de los artistas y a descubrir lo ritual en la cotidianidad tanto a nivel individual como colectivo.
La muestra está compuesta por 38 instalaciones, esculturas, pinturas, videoperformances, entre otros formatos visuales. Todas las obras se exhiben por primera vez en los Museos del Banco Central, e incluso, algunas fueron creadas para la exhibición.
Artistas de la exhibición: Adrián Arguedas, Alessandra Sequeira, Aquiles Jiménez, Dino Urpí, Elia Arce, Emma Segura, Giorgio Timms, Javier Calvo, José Díaz, Karla Solano, Lucía Madriz, Luis Fernando Quirós, Marton Robinson, Mimian Hsu, Rafael Ottón Solís, Roberto Guerrero, Priscilla Monge, Priscilla Romero, Tamara Ávalos, Victoria Cabezas.
Secciones
Ser parte de un ordenamiento cósmico mayor es una inquietud compartida en algunas de las obras que conforman esta exhibición. Desde esta premisa, las obras son canales para honrar, propiciar, agradecer y reciprocar las diversas dimensiones de la existencia, muy vinculada a la tierra y la naturaleza.
La escenificación de lo ritual es subrayada en el conjunto de obras de esta sección. En ellas se destacan la importancia que el espacio, el tiempo y el cuerpo tienen en la consecución de los juegos, las procesiones o las fiestas. Tal es el caso de la obra Adrián Arguedas y fotografías de José Díaz, Giorgio Timms y Victoria Cabezas, quienes han fotografiado algunos rituales existentes en Costa Rica.
La violencia es contrarrestada con gestos rituales de liberación, transformación y sanación en las obras del siguiente apartado de la muestra. En los videoperformances, videocreaciones y fotografías documentales de performances que se podrán ver aquí, los cuerpos de los artistas son los protagonistas.
En algunas prácticas artísticas el cuerpo se dimensiona como un microcosmos en transformación, susceptible de canalizar y de propiciar procesos de crecimiento a escala individual y colectiva. Este tipo de experiencias creativas se reúnen en la última sección de la muestra.